La isla de las dos caras
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Valores
- Decisión e inconformismo
Enseñanza
Hay que tratar de mejorar siempre, sin dejarnos vencer por el miedo de aquellos que nunca han intentado lo que pretendemos. Especialmente pensado para quienes se plantean emprender algo nuevo.Ambientación
Una islaPersonajes
Una pareja de una tribuAbajo tienes el texto del cuento y un enlace para descargarlo. Úsalo para trabajar el desarrollo emocional y cognitivo de tus niños o tu bebé, y ayudarte en tu labor de padre o madre
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Cuento
La tribu de los mokokos vivía en el lado malo de la isla de las dos caras. Los dos lados, separados por un gran acantilado, eran como la noche y el día. El lado bueno estaba regado por ríos y lleno de árboles, flores, pájaros y comida fácil y abundante, mientras que en el lado malo, sin apenas agua ni plantas, se agolpaban las bestias feroces. Los mokokos tenían la desgracia de vivir allí desde siempre, sin que hubiera forma de cruzar. Su vida era dura y difícil: apenas tenían comida y bebida para todos y vivían siempre aterrorizados por las fieras, que periódicamente devoraban a alguno de los miembros de la tribu.
La leyenda contaba que algunos de sus antepasados habían podido cruzar con la única ayuda de una pequeña pértiga, pero hacía tantos años que no crecía un árbol lo suficientemente resistente como para fabricar una pértiga, que pocos mokokos creían que aquello fuera posible, y se habían acostumbrado a su difícil y resignada vida, pasando hambre y soñando con no acabar como cena de alguna bestia hambrienta.
Pero quiso la naturaleza que precisamente junto al borde del acantilado que separaba las dos caras de la isla, creciera un árbol delgaducho pero fuerte con el que pudieron construir dos pértigas. La expectación fue enorme y no hubo dudas al elegir a los afortunados que podrían utilizarlas: el gran jefe y el hechicero.
Pero cuando estos tuvieron la oportunidad de dar el salto, sintieron tanto miedo que no se atrevieron a hacerlo: pensaron que la pértiga podría quebrarse, o que no sería suficientemente larga, o que algo saldría mal durante el salto... y dieron tanta vida a aquellos pensamientos que su miedo les llevó a rendirse. Y cuando se vieron así, pensando que podrían ser objeto de burlas y comentarios, decidieron inventar viejas historias y leyendas de saltos fallidos e intentos fracasados de llegar al otro lado. Y tanto las contaron y las extendieron, que no había mokoko que no supiera de la imprudencia e insensatez que supondría tan siquiera intentar el salto. Y allí se quedaron las pértigas, disponibles para quien quisiera utilizarlas, pero abandonadas por todos, pues tomar una de aquellas pértigas se había convertido, a fuerza de repetirlo, en lo más impropio de un mokoko. Era una traición a los valores de sufrimiento y resistencia que tanto les distinguían.
Pero en aquella tribu surgieron Naru y Ariki, un par de corazones jóvenes que deseaban en su interior una vida diferente y, animados por la fuerza de su amor, decidieron un día utilizar las pértigas. Nadie se lo impidió, pero todos trataron de desanimarlos, convenciéndolos con mil explicaciones de los peligros del salto.
- ¿Y si fuera cierto lo que dicen? - se preguntaba el joven Naru.
- No hagas caso ¿Por qué hablan tanto de un salto que nunca han hecho? Yo también tengo un poco de miedo, pero no parece tan difícil -respondía Ariki, siempre decidida.
- Pero, si sale mal, sería un final terrible – seguía Naru, indeciso.
- Puede que el salto nos salga mal, y puede que no. Pero quedarnos para siempre en este lado de la isla nos saldrá mal seguro ¿Conoces a alguien que no haya muerto devorado por las fieras o por el hambre? Ese también es un final terrible, aunque parezca que aún nos queda lejos.
- Tienes razón, Ariki. Y, si esperásemos mucho, igual no tendríamos las fuerzas para dar este salto... Lo haremos mañana mismo.
Y al día siguiente, Naru y Ariki saltaron a la cara buena de la isla. Mientras recogían las pértigas, mientras tomaban carrerilla, mientras sentían el impulso, el miedo apenas les dejaba respirar. Cuando volaban por los aires, indefensos y sin apoyos, sentían que algo había salido mal y les esperaba una muerte segura. Pero cuando aterrizaron en el otro lado de la isla y se abrazaron felices y alborotados, pensaron que no había sido para tanto.
Y, mientras corrían a descubrir su nueva vida, pudieron escuchar a sus espaldas, como en un coro de voces apagadas:
- Ha sido suerte.
- Yo pensaba hacerlo mañana.
- ¡Qué salto tan malo! Si no llega a ser por la pértiga...
Y comprendieron por qué tan pocos saltaban, porque en la cara mala de la isla sólo se oían las voces resignadas de aquellas personas sin sueños, llenas de miedo y desesperanza, que no saltarían nunca...
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Comentarios
yo tambien quiero
yo tambien quiero saltaar!!!!!!!!!
Hermoso cuento!!! Me
Hermoso cuento!!! Me identifico con estos dos personajes, pensar que este tipo de situaciones suele darse dentro de las familias y la sociedad en si. Gracias a Dios hay varios "Narus y Arikis" que nos animamos a soñar.
Hola; conozco sus cuentos
Hola; conozco sus cuentos desde el año pasado al ayudarle a mi hijo a hacer sus tareas sobre los valores, me parecieron acertados y muy útiles para el colegio.
Pero al leer el día de hoy el de la Princesa de Fuego y la Isla de las 2 Caras me parecen fascinantes y sobre todo pertinentes en estos momentos donde el desapego, el egoísmo y las criticas al enfrentar nuevos están por doquier.
Desde mi humilde punto de vista sus cuentos enseñan tanto a chicos como a adultos;
Que Dios siga bendiciéndole con el don maravilloso de escribir.
Angélica
Muchas gracias por tus
Muchas gracias por tus cuentos, todos son muy bonitos y este especialmente educativo
Jordi H.
Pedro Pablo te felicito por
Pedro Pablo te felicito por ese talento que tienes y esa dedicación de escribir... Sabes no solo hago lectura de tus cuentos para los niños. También lo hago para llevar el día a día y ser mejor siempre como dices "sin dejarnos vencer por el miedo" :) saludos Fany Ruiz
Nunca dejes que los demás
Nunca dejes que los demás desidan por ti tomar la iniciativa. Siempre te lleva a cosas mejores. Suerte
Hace tiempo que no escribo
Hace tiempo que no escribo ningún comentario, pero este cuento sobre lo poco efectivos y lo dañinos que son los miedos, me ha encantado ¡ Muchas gracias !
Que tengas un buen día lleno de cuentos maravillosos.
Un abrazo de colores,
Azucena
Hola! gracias por dedicarle
Hola! gracias por dedicarle tanto amor a la elaboración de estos cuentos. lo felicito,pero este quedo de verdad especial.
Gracias por tan inspirador
Gracias por tan inspirador cuento, me gusta mucho la forma de llegar a los corazones que utilizas. Continua haciendolo para que nos veneficiemos todos los que los leemos y los que nos rodean a quienes tenemos esa dicha.
Hola,gracias por tus
Hola,gracias por tus cuentos,los disfruto mucho.Pedro Pablo tiene un gran talento,me encantaria algunas historias reales o que se asemejen a la realidad,tengo un grupo de niños de iglesia que los disfrutarian mucho,gracias y siga adelante con su gran imaginacion que Dios le ha dado,ette,Bella.
Muchas gracias por los
Muchas gracias por los cuentos tan hermosos que comparten con nosotros
Me encantó tu cuento.
Me encantó tu cuento. Sinceramente es de los mas motivadores que he leido en años. Te felicito. Gracias
este cuento es uno de los
este cuento es uno de los mejoress que e leido te felicito